Tuesday, November 20, 2007

Susurros en encrucijadas

Si resultara posible identificar la Causa Prima que nos mueve a explorar, a avanzar, a tratar de alcanzar, sería el viaje del Alférez Cámpora, creo, lo más cercano. Durante su ejecución vivido en forma casi subliminal en los comentarios de la gente grande, sorprende la intensidad de las vivencias que inspiró, y los falsos recuerdos que evocan sus fotografías.

Sin haberlo hecho, estuve sin embargo en ese yate de alguna manera misteriosa e inexplicable. Es como si el puente de piedra, las casas de los chiquitos, el desierto de Dalí, la necrópolis de las nubes, el templo de las ratas, la ciudad dorada, el observatorio de mármol, la pared de los dinosaurios, las termas de los flamencos, los picos de los Alpes, el valle de la Luna... en lugar de periplos en buses destartalados, 4x4s o camellos, hubieran sido travesías en un ketch que zarpa no de la Aduana de Oribe sino desde la plaza Virgilio -en mi mente se llama siempre así, tal como su monumento es La Lucha del Hombre contra la Naturaleza, por Eduardo Días Yepes, como quizá imagino alguna vez informara el suplemento cultural de El Día-.

(Para dejar las referencias claras, ya en 1960 el monumento está dedicado a los caídos en actos de servicio de la Armada, pero Che Gurí entonces no sabe leer.)

La mente es un animal extraño.

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